rente a esta realidad ha surgido un nuevo movimiento que busca hacer la industria de la moda sustentable y su bandera es “Green is the new black”.
Los resultados de la tesis de maestría de Raheen Khan, Master en Estudios Sustentables de Nueva Jersey, fueron publicados en TriplePundit.com. La tesis de Khan se centró en la historia de la vestimenta y buscó identificar los elementos clave para que ésta sea sustentable.
Menos del 30% de los diseñadores, vendedores, expertos de la industria y estudiantes consultados estaba familiarizado con el término “moda sustentable” y entre los tópicos más preocupantes señalaron: uso del agua, textiles en rellenos sanitarios y reducción de desechos.
Orgánico, local y reciclado
La relación entre la producción de ropa sustentable y el uso de materia prima orgánica recogida localmente fue señalada por la amplia mayoría entre quienes conocían el término. Tara St James, dueña de Study – marca de ropa ética y sustentable con base en Nueva York – señaló “Hay una desconexión entre conseguir materia prima sustentable y producir atuendos en una gran fábrica en China”.
Entre los hallazgos realizados por Khan se destacó la importancia para los productores de establecer una conexión transparente con los consumidores, donde circule abiertamente el proceso de elaboración, las condiciones laborales de quienes manufacturan la ropa y cómo la indumentaria debería ser descartada una vez que ha cumplido su ciclo.
Según Modavanti, un vendedor al por menor de moda sustentable, “el mayor desafío es enseñar al consumidor que hay algo equivocado en la industria” ya que hasta hace poco tiempo los consumidores no vinculaban la indumentaria con inequidad social o contaminación ambiental.
Otro punto relevante es la asociación entre un resurgimiento de la producción local y el reciclaje como raíz de la moda sustentable. El soporte a los negocios locales sería uno de los factores decisivos al elegir prendas amigables con el ambiente, seguido por el precio y estética.
