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miércoles, 19 de febrero de 2014

El peligro del mal uso de los antibióticos


Probablemente su familia tiene que afrontar cada año los habituales resfriados, dolores de garganta e infecciones víricas. Cuando usted lleva a su hijo al médico por estas enfermedades, ¿espera automáticamente que le receten antibióticos?

Muchos padres sí. Y se sorprenden, incluso se enfadan, si salen de la consulta del médico con las manos vacías; después de todo, ¿qué padre no desea que sus hijos se recuperen lo antes posible? Pero su médico puede estar haciéndole un favor a usted y a su hijo cuando no le receta nada.

Cómo funcionan los antibióticos

Los antibióticos, utilizados por primera vez en la década de 1940, constituyen sin duda uno de los grandes avances de la medicina. Pero su uso abusivo ha dado lugar al desarrollo de bacterias que no responden a los antibióticos que antes eran eficaces. Además, si los niños toman antibióticos cuando no es necesario, corren el riesgo de sufrir reacciones adversas, como dolor de estómago y diarrea.

Para entender cómo funcionan los antibióticos, es útil saber que hay dos tipos principales de microorganismos que pueden causar enfermedades: las bacterias y los virus. Aunque ciertas bacterias y virus pueden causar enfermedades con síntomas similares, la manera en que estos dos tipos de microorganismos se multiplican y transmiten la enfermedad es diferente.

  • Las bacterias son microorganismos vivos formados por una sola célula. Las bacterias están por todas partes y la mayoría no causan ningún daño, y en algunos casos hasta pueden ser beneficiosas. El Lactobacillus, por ejemplo, vive en el intestino y ayuda a digerir los alimentos. Pero algunas bacterias son dañinas y provocan enfermedades cuando invaden el cuerpo humano, se multiplican e interfieren con los procesos normales del organismo. Los antibióticos son eficaces contra las bacterias, pues matan a estos microorganismos impidiendo que crezcan y se reproduzcan.
  • Los virus, por otro lado, no están vivos y no pueden existir por sí solos; son partículas que contienen material genético envuelto en una cubierta proteica. Los virus "viven", crecen y se reproducen después de invadir otras células vivas. Algunos virus pueden ser rechazados por el sistema inmunitario antes de que puedan provocar una enfermedad, pero otros (los que provocan resfriados, por ejemplo) simplemente tienen que seguir su curso. Los virus no responden en absoluto a los antibióticos.

Usar los antibióticos en exceso es perjudicial

Tomar antibióticos para los resfriados y para otras enfermedades víricas no sólo no sirve para nada, sino que además tiene efectos secundarios peligrosos: con el tiempo, esta práctica puede dar lugar al desarrollo de bacterias que se hayan vuelto más difíciles de destruir. El uso frecuente e inadecuado de los antibióticos tiene como consecuencia la selección de cepas de bacterias que pueden resistir el tratamiento. Esto se llama resistencia bacteriana. Para tratar estas bacterias resistentes se necesitan dosis más elevadas de los medicamentos o antibióticos más fuertes. Los médicos han encontrado bacterias que son resistentes a algunos de los más poderosos antibióticos que existen hoy en día.

La resistencia a los antibióticos es un problema muy extendido, y los Centros para el control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) lo han descrito como "uno de los problemas de salud pública más acuciantes en todo el mundo". Las bacterias que antes respondían fácilmente a los antibióticos se han vuelto cada vez más resistentes. Entre las más difíciles de tratar están las infecciones por neumococo (que provoca neumonía, infecciones de oídos, sinusitis y meningitis), las infecciones en la piel y la tuberculosis.

Tomar antibióticos de manera segura

Entonces, ¿que debe hacer cuando su hijo está enfermo? Para reducir al mínimo el riesgo de resistencias bacterianas, recuerde estos consejos:

  • Sólo se deben tratar las infecciones bacterianas. Pida consejo y pregunte sobre sus dudas. Para evitar el desarrollo de resistencias, es una buena idea dejar que las infecciones leves (especialmente las causadas por virus) sigan su curso; pero aún es mejor, para esas "enfermedades leves", seguir el criterio de su médico. Si los síntomas permanecen, aunque no empeoren, lleve a su hijo al pediatra. En la consulta, pregúntele si la enfermedad de su hijo es bacteriana o vírica, y sobre los riesgos y beneficios de usar antibióticos. Si es un virus, no presione a su médico para que le recete antibióticos, sino pregúntele de qué manera puede tratar los síntomas.
  • Use los antibióticos del modo prescrito.
  • No guarde los antibióticos que le sobren para una próxima vez.
  • Nunca utilice los antibióticos recetados a otra persona.

Pregunte a su médico de qué manera se pueden tratar los síntomas que causan malestar a su hijo, como la nariz congestionada o la garganta irritada, sin usar antibióticos. La clave para crear una buena relación con su médico es la comunicación abierta, así que trabajen juntos para lograr ese objetivo.

Utilice los medicamentos adecuadamente. Los antibióticos son sólo eficaces frente a las infecciones bacterianas si se toman durante todo el tiempo que ha prescrito el médico; y también tardan tiempo en hacer efecto, así que no espere que su hijo se sienta mejor con la primera dosis. La mayoría de los niños tardan 1 o 2 días en mejorar. Tampoco deje que su hijo tome antibióticos durante más días de los prescritos.

Y lo que es más importante, nunca utilice antibióticos que fueron recetados para otro miembro de la familia; las dosis para los niños pueden variar, y si su hijo tiene una enfermedad que requiere antibióticos, usted querrá tener la seguridad de que recibirá el tratamiento correcto. Guardar antibióticos "para la próxima vez" es una mala idea. Los antibióticos que sobren cuando su hijo termine un tratamiento deben tirarse.

Contribuya a la lucha contra la resistencia a los antibióticos siguiendo algunas medidas simples para evitar que las infecciones se propaguen. Fomente el hábito de lavarse las manos, asegúrese de que sus hijos están al día en las vacunas y no los envíe a la escuela cuando estén enfermos.

Los médicos son conscientes del incremento de la resistencia a los antibióticos y están intentando resolver el problema. Aunque se desarrollen nuevos antibióticos, seguirá siendo importante usarlos de un modo adecuado sólo cuando se prescriban.

 



Fuente escrita en saludaldia.webitagoras.es - El peligro del mal uso de los antibióticos.
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